Cuando compras una trampa de luz Ultralight, no solo estás comprando un producto. Usted compra calidad, asesoramiento, seguridad, eficiencia, asistencia técnica y la garantía que ofrece el líder del mercado desde hace 26 años. Usted será atendido por un consultor especializado en el segmento de su empresa, quien le indicará el mejor modelo de trampa y los lugares de instalación más adecuados.

Sí, las trampas de luz ultraligeras contribuyen directa e indirectamente a los protocolos de seguridad alimentaria. Además de actuar como parte integral de las barreras físicas requeridas en los programas de Buenas Prácticas de Manufactura, las trampas de luz son herramientas esenciales para el control y monitoreo de insectos voladores, y un instrumento para la toma de decisiones relacionadas con el Control Integrado de Plagas, así como un refuerzo extra en la actuación en los Puntos Críticos de Control. En general, las trampas de luz Ultralight son grandes aliados para las industrias que buscan mantener un entorno de producción limpio e higiénico, minimizar el riesgo de contaminación y cumplir con las regulaciones de seguridad alimentaria.

No. Antes de elegir el modelo de trampa de luz a comprar, es fundamental analizar el entorno y hablar con un consultor Ultralight especializado en su segmento industrial. La eficacia de la trampa de luz puede verse influida por varios factores, como el tipo de producto industrializado, la disposición del entorno, la disposición de las máquinas y la intensidad de la iluminación. Estos factores contribuyen a la presencia o ausencia de una determinada especie de insecto y también a su comportamiento, y en consecuencia deben considerarse al elegir el modelo ideal.

La trampa se suministra dentro del embalaje de cartón, ya montada y lista para usar. Sin embargo, es imprescindible leer y seguir las recomendaciones contenidas en el Manual de Instrucciones antes de realizar la instalación. La trampa viene con 1 placa adhesiva desechable (recambio), que debe sustituirse por un nuevo recambio cuando el 70% de su superficie esté cubierta por insectos “atascados”.

Las trampas de luz ultraligeras son esenciales para la gestión de la calidad, ayudando a que los productos alimenticios se produzcan en un entorno limpio e higiénico, libre de contaminación. Ayudan a prevenir la contaminación de los alimentos controlando los insectos que pueden transportar bacterias dañinas; en el mantenimiento de la calidad e integridad de los alimentos, sin contaminación física; en la reducción de residuos, evitando el desecho de productos contaminados por insectos; en el monitoreo de tendencias en poblaciones de plagas y ayudar a cumplir con las regulaciones de Seguridad Alimentaria, contribuyendo a la gestión del programa CIP.

Las lámparas fluorescentes UV-A deben reemplazarse cada 8.000 horas de uso, incluso si parecen funcionar normalmente. Esto sucede porque la capa de fósforo (pintura que recubre el interior de los tubos) se desgasta, reduciendo hasta en un 40% la emisión de luz en el rango que atrae a los insectos voladores. Las lámparas LED UV-A, al no tener capa de fósforo, deben sustituirse cada 16.000 horas.

Los protectores de lámparas (PETG) deben reemplazarse cada 8.000 horas de uso, aproximadamente 10 meses, o antes si están rayados, amarilleados o dañados. La luz UV-A emitida por las trampas de luz provoca el desgaste del PETG y, por lo tanto, para garantizar la eficacia en la atracción de insectos voladores, el PETG usado debe sustituirse por uno nuevo cada vez que se cambien las lámparas.

Las placas adhesivas deben reemplazarse por un nuevo repuesto cuando el 70% de su superficie tenga insectos adheridos. Esto normalmente demora entre 15 y 20 días, pero puede variar según el tipo de empresa o la época del año. La población de insectos voladores es mayor en verano, por lo que el período de muda puede ser más corto en esta época.